El papel para el baño no se come


Hoy me convertí en asocial. Definitivamente asocial. Me levanté temprano, no podía dormir más y salí de la casa. Estaba preocupada: un pensamiento no me abandonaba, no me dejaba tranquila, no podía seguir durmiento pensando en el papel para el baño. Concretamente en cómo conseguir papel para el baño. 
Desde comienzos de semana, estoy tratando de comprar dos cosas: pañuelos desechables y papel higiénico. A comienzos de semana, fui por primera vez a DM. Yo pensaba que allí habría papel porque siempre lo compro ahí, estoy acostumbrada, no se me pasa por la cabeza que en el DM no haya papel. Tal vez habría menos pañuelos y menos papel.

Pero me encontré con la sorpresa de que no había nada. Absolutamente nada. Niente, cero. Cero papel y cero pañuelos.

Sinceramente, no tengo tiempo para ir a comprar todos los días; pero con el paso de la semana, me he tenido que hacer el tiempo y pasearme por los diversos supermercados. Lo que significa, entre otras cosas, que he empeorado mi huella de CO2. Si China e Italia la han mejorado debido a la inactividad forzada, mi huella ha caído por el suelo con tanto viaje de un supermercado o de una droguería a otra.

A mediados de semana, encontré por fin pañuelos desechables en el DM. Eché varios al carrito; pero lamentablemente tuve que dejar algunos en la caja, ya que estaban racionados. Sí, asi como en la época de la Unidad Popular en Chile: racionados. O como una amiga polaca me contaba que era en Polonia en la época del comunismo. 
Igual, estaba feliz con mis cajitas y paquetes de pañuelos desechables. Había un solo problema sin solucionar. Y uno grave: el del papel para el baño. Hace tres días que intensifiqué mi búsqueda. Una amiga me ofreció algunos rollos; pero con un par de rollos no soluciono nada. En esta casa somos muchas personas y donde hay muchas personas, se necesita mucho papel para el baño. Así de simple.

Hoy fui al DM, al Lidl, al Aldi, al Edeka y a la droguería Müller y adivinen: no había papel. Nada, cero, niente. Una amiga a la que conté mis cuitas, me propuso hacer papel higiénico del papel de diario. Pero el problema es que el water -inodoro en algunos países- se tapa con algo que no sea papel apropiado. Además, eso sí que sería asocial, ya que congestionaría la cloaca municipal. Lo mismo pasa si usas toalla nova o papel para la cocina o si echas los pañuelos desechables al water o inodoro. Se tapa y/o congestiona el sistema de procesamiento de aguas residuales.

Volví a la casa preocupada, deprimida y cabizbaja. En eso, una amiga me avisó por mensaje que había papel para el baño en el supermercado “H”. Le pregunté rápidamente en cuál de los dos, porque cerca de mi casa hay dos. Me explicó en cuál de ellos y me recomendó llevar conmigo al chico que está en la casa. Lo llamé y él bajó rápidamente, recién salido de la ducha y con el pelo mojado. Le sugerí ponerse una chaqueta con capucha por el pelo mojado y subirse inmediatamente al auto.

Llegando al supermercado, él se bajó primero y yo lo seguí después de estacionar el auto. Entramos al “H” y corrimos al lugar donde está el papel. De pasada, vi que las colas eran larguísimas: iban desde las cajas hasta el final del inmueble. Y hay que decir que el supermercado es de los bien grandes. Claro, que la gente toma más distancia entre ella por temor a contagiarse con el virus, eso afecta la longitud de la fila. 
Corrimos hasta el estante donde generalmente está el papel para el baño y…

No quedaba nada, absolutamente nada. No había ni un rollo, ni menos un paquete de papel higiénico, nada, niente. Y eso que ese supermercado también racionan el papel para que algunos pocos asociales no se lleven todo. Realmente es para llorar. Parece que la gente no sabe que el papel no se come.

El primer ministro holandés le digo a la gente en su país -porque parece que esta locura del papel para el baño es un tema mundial- que habían comprado tanto papel como para “cagar” durante diez años. Tiene razón Mark Rutte.

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