Nuestra vida después de corona

Hoy, una amiga me envió un artículo sobre nuestra vida después de corona: cómo será la sociedad después de esta crisis. El artículo era sumamente positivo, tanto que me pareció escuchar música celestial al terminar de leerlo. Un poco utópico, un poco ingenuo, un poco esperanzador. Creo que también se necesita gente ingenua y con espíritu de boy scout, no todos podemos ser sólo serios, concienzudos o incluso negativos. 

Pero sinceramente, no creo que las personas cambien después de la crisis. Las personas seguirán las mismas. Algunas estarán mejor, otras peor. Nada nuevo bajo el sol. Lo que sí probablemente cambiará serán algunas cosas, como el avance de la digitalización, el trabajo desde la casa (home office) y tal vez, alguna universidad alemana se digne poner clases o seminarios on line. Algunos profesores lo hacen; pero son muy pocos, jóvenes y por propia iniciativa. 

Pero pensar que el mundo será mejor después de la crisis de corona, me parece más que ingenuo. No nos hagamos tantas expectativas que la realidad no es ni tan color rosa, ni tampoco tan oscura. La vida no es ni blanca, ni negra, sino más bien de color gris. 

La gente pesada segurá siendo pesada después de corona. La gente simpática, seguirá siendo simpática. Los flojos seguirán siendo flojos, los trabajadores, seguirán siendo trabajadores; los empeñosos, empeñosos; los estudiosos, seguirán siendo estudiosos y los holgazanes, holgazanes, etc., etc. 

Hace algunos meses, leí un libro muy gordo, con las diferentes utopías y predicciones de futuro que había habido en Alemania desde 1945 hasta la actualidad. No me habría imaginado que tantas personas tan inteligentes y llenas de títulos académicos, habían asegurado que pasarían cosas que no sólo no pasaron, sino que hoy nos parecen tan tontas. Y promocionado tantos productos que hoy nos parecen con cero sentido. 

Nadie puede asegurar lo que va a pasar después de esta crisis. Lo único que sé es que la economía quedará destruida. Y sólo espero que el estado de derecho y las libertades individuales no sean permanentemente conculcadas. Hay gente que se siente como protagonista de una aventura, una mezcla entre jungle camp y Tchernobyl. Y parece que está feliz así, ya que por fin pasa algo en Alemania y la vida deja de ser tan aburrida.  

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