Perros, gatos y caballos en tiempos de corona


Ayer en la tarde nos vimos con una amiga y salimos a caminar al Volcán Berg. No nos saludamos de beso, como hacemos siempre, sino que hicimos el famoso “saludo coreano” o lo que aquí se llama saludo coreano, quién sabe si los coreanos realmente se saludan así. En todo caso, es un saludo con los codos. En otras palabras, nos codeamos. Yo la saludé con el namaste, que es lo que recomendó el Presidente van der Bellen.

Mi amiga hace normalmente -y sin crisis de corona- home office dos veces a la semana. Y ayer era uno de estos días. Estaba bajo stress, bajo el stress normal producido por un largo día de intenso trabajo. De manera que le sirvió mucho el paseo de una hora por la naturaleza. Esto no es algo que se me ocurra a mí, sino que ella misma nos lo dijo varias veces y nos propuso salir otra vez a caminar al atardecer, ahora que los días son más largos y que, por la crisis del corona, hay mucha gente trabajando desde la casa. Creo que el home office será uno de los triunfadores de esta crisis. Al igual que la digitalización[1].
En el cerro, había bastante gente; pero nunca tanta como la que vimos el domingo[2]. Muchas personas paseaban a su perro, muchos jóvenes trotaban… No hay que olvidar que los colegios, las universidades y los gimnasios están cerrados. Ancianos y ancianas caminaban con sus bastones de nordic walking y mucha gente se encargaba de sus caballos, de limpiarlos, de ponerles “anteojos” anti-moscas, les daban de comer. Etc., etc. Al día siguiente, me di cuenta que muchos de nosotros fotografiamos la hermosa puesta de sol de ese día con nuestros teléfonos, porque decenas de fotos aparecieron en mi time line de Instagram. 
Si hubiese una prohibición de salir a la calle ¿qué pasaría con los perros? ¿Y con los caballos? Los gatos son en este sentido más fáciles. El toque de queda tendría que tener tantas excepciones que ya no sería efectivo. Si es que algún toque de queda puede ser efectivo. 
Mi amiga trabaja en el sector salud y tiene una profesión del área médica, ella opina que lo mejor que existe para combatir cualquier virus es el aire libre: salir al campo, al parque, a jugar, correr o caminar afuera. Por otra parte, explica que quedarse encerrada en la casa o en un recinto cerrado es lo mejor que puede haber para los virus. Y lo peor para los humanos.

Yo aprendí en mi casa que, cuando una persona está enferma en cama, hay que “ventilar”, abrir las ventanas, dejar entrar el aire fresco a la casa. Mejor aún es si se puede salir afuera, al sol. A cargar vitamina D que es tan importante y su déficit tiene pásimas consecuencias[3]. Y si se sale a caminar, como es la costumbre en Alemania, mejor aún.  
Volviendo al tema “perros y caballos”, no creo que por estos lados prohíban sacar a pasear a los perros. Si hubiese un lockdown en Alemania, probablemente se establecería un sistema de salvoconductos para personas que pasean con perros, sus dueños o sus perro-sitter, los vecinos o amigos. A lo mejor le dan un salvoconducto al perro y él elige con quién sale. Y también un salvoconducto para los caballos. Más fácil sería que toda persona que ande con un perro -o eventualmente- con un caballo por la calle, pueda seguir adelante sin ser multada.

Hace un tiempo circulaba una noticia falsa: los perros y los gatos transmiten la enfermedad o se enferman ellos mismos. O ambas cosas. Así que en China -se informaba en la prensa tradicional, yo no leo medios fake- circulaban por la ciudad innumerables perros abandonados. Lo que es más que absurdo es que si, realmente perros y gatos transmitieran el virus, abandonarlos en las calles habría causado aún más contagios. 

[1] A estos dos puntos me referiré en otro artículo, que enlazaré aquí.
[3] Entre ellas, depresión. Es la llamada depresión por falta de luz.

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