El niño que se convirtió en zombie


El arcoiris ha pasado de ser un símbolo de la comunidad homosexual[1] -y antes de la alianza de Dios con el género humano[2]- a ser un signo de “estamos en cuarentana” o más bien  de “estamos aislados en cuarentena, no nos moleste”. En una casa, o más bien en un departamento del primer piso o planta baja de un edificio de tres pisos[3], vive una familia que tiene la ventana llena de arcoiris pegados, pintados por niños… al menos a mí me parece que se trata de dibujos infantiles, pero nunca se sabe.
Con frecuencia, cuando pasó frente al departamento caminando -en esta pandemia, nos hemos vuelto caminantes, ya que es un deporte al alcance de todos, ahora que están cerrados los gimnasios- veo a los niños jugando y muchas veces, veo también a sus papás. Los papás no juegan, a diferencia de uno de mis vecinos -el del lado izquierdo, mirando hacia atrás- que juega mucho con sus hijos. Los papás se ven como árabes o italianos; pero de esos que han alcanzado cierta holgura económica, ya que el departamento debe ser caro[4].

Los niños siempre que pasó, están jugando en el pequeño jardín, prolongación de la terraza. Los departamentos de más arriba tienen un balcón en el lugar de la terraza. Pero supongo que los chicos -son dos, una niña y un niño- también salen de la casa, ya que en la vereda frente al edificio, veo muchos dibujos hechos en tiza de esa para escribir o hacer dibujos en la calle. En realidad, los dibujos son cada día, más. Cada vez que paso por ahí, han aumentado los metros cuadrados que los dibujos ocupan en la vereda. Y como mo llueve, supongo que seguirán siendo más y más.

En días pasados, justo pasaba frente al departamento y vi a uno de los niños afuera, caminando. Más bien, deambulando, a plena luz del día, como un zombie por la vereda, frente al edificio, fuera de la casa. Rompió la cuarentena voluntaria. Tenía la mirada perdida: no miraba hacia ninguna parte. En el mejor de los casos, miraba hacia abajo; pero en un lugar en que no había dibujos. Caminaba sin rumbo, arrastrando los pies.
Sinceramente, no entiendo cómo la gente hace algo así: no se puede encerrar a los niños en la casa. Pandemia o no pandemia, hay que salir con ellos. Nadie ha prohibido salir a la calle, ni al campo, ni al bosque, ni caminar por el lado del río. No es peligroso. Menos que nada para los niños. Pero tampoco para los ancianos. Por el contrario, el sol y el aire fresco fortalecen el sistema inmunológico y ayudan a defendernos contra eventuales virus, ya sea corona u otros. Nos ayuda a combatir posibles enfermedades, llámense covid19 o tengan otro nombre. ¡Sale, corre, camina, respira, disfruta del buen tiempo mientras dure!

[1] En realidad, se llama oficialmente LGBT, esto es, Lesbian, gay, bisexual, and transgender.
[2] “Ved aquí la señal del pacto que hago con vosotros y cuantos vivientes están con vosotros por generaciones sempiternas: pondré mi arco en las nubes para señal de mi pacto con la tierra. (…). Estará el arco en las nubes y yo lo veré, para acordarme de mi pacto eterno entre Dios y toda alma viviente y toda carne que hay sobre la tierra», (Génesis 9).
[3] En Alemania, a partir de 4 pisos tienes que tener un ascensor, razón por la cual, muchos edificios tienen sólo tres pisos, ya que así evitan la construcción de un ascensor.
[4] Me alegro de ello, me gusta que la gente progrese. Mi ideal de persona es la self made people.

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