Primer día de negocios abiertos


Ayer, 20 de abril, abrieron los negocios. O más bien, podían abrir, aunque a decir verdad, la mayoría de los negocios que vi, permanecían cerrados. Estaban autorizados para abrir todos los negocios que tienen una superficie de menos de 800 mts. de atención al público, no se cuentan los metros cuadrados de depósito, bodega o que se usan para otros fines. Lo de los 800 mts. es muy criticado, porque es una discriminación. Evidentemente que cualquier cosa se puede “justificar” de alguna forma. Algunos negocios, han reducido su superficie de venta, para así poder abrir, tal es su necesidad.

Los negocios que venden autos pueden abrir sin límite de metros cuadrados, así los hombres se entretienen pensando en cuál será su próximo vehículo, mirándolo, admirándolo y soñando con él. Hasta ahora, los varones habían inundado las grandes ferreterías, comprando “juguetes nuevos” con que entretenerse en su encierro doméstico, involuntario, entre teletrabajo e inactividad.  
Recordemos que supermercados, verdulerías y ferreterías han estado abiertos todo el tiempo, inundándose de gente que no sabía qué hacer, ni con su tiempo, ni con su dinero. El dueño de un supermercado de mi ciudad, declaró a la prensa que las ventas eran como las de Navidad elevado a tres. Hace pocos días observé a un hombre de mediana edad y de la clase de gente con mayor cultura formal que, después de dejar su Porsche super mal estacionado frente al negocio (obstruyendo la ciclovía), compró cantidades enormes de fruta y verdura.
Ayer mismo fuimos a la ciudad. Se podía entrar a la perfumería sólo con un canastito para las compras en la mano, lo que, en realidad, no tiene ningún sentido, salvo que los clientes compren más. Generalmente las clientas, porque salvo un hombre árabe, éramos sólo mujeres en la cola. Conmigo les falló el cálculo, ya que no compré nada, porque no hallé el perfume que andaba buscando. Me temo que vamos a tener problemas para encontrar productos franceses en el mercado alemán en los próximos meses.
El canastito te lo da una persona que está parada en la puerta y cuya única misión es entregarte el canastito y vigilar que no entre más gente al negocio de la que ellos calcularon (de acuerdo a las reglas gubernamentales) que caben en el inmueble para salvaguardar la regla de no acercase más de 1,5 mts a otra persona. La aplicación de esta regla origina “colas” en la calle, de manera que una se siente como en un país comunista, donde había colas frente a cada negocio, consecuencia del desabastecimiento y del racionamiento. En todo caso, la chica que resguardaba la entrada y repartía los canastitos era muy amable, lo que no se puede decir de los guardias que han empezado a custodiar la puerta de cada negocio.

Un amigo había ido en la mañana a una droguería. Les recuerdo que las droguerías han estado abiertas durante todas estas semanas en que casi todos los demás negocios han estado cerrados. Fue a una droguería que pertenece a la cadena de un antroposofo y que se caracteriza por la amabilidad de sus empleados, que han sido bien entrenados en este sentido. (Ha habido siempre algunas excepciones).
Mi amigo me contó que en la puerta de la droguería había dos guardias de seguridad, vigilando la entrada al local. Lo que crea un super mal ambiente, a mí no me da ganas de entrar a un lugar así. Asimismo, mi amigo me contó que la cajera había tratado super mal a una señora anciana que no sabía qué hacer con la tarjeta Payback en la caja. Mi amigo piensa que la gente anda histérica y de super malas pulgas por la situación que se vive, que otro amigo califica de distopía, entr Tschernobyl y Walking Dead. Toda esa gente que supone que corona trae, traerá o ha traído más amabilidad a nuestras vidas, me atrevo a decir que no conoce el mundo real. Todos quienes creen en Un cielo nuevo y una tierra nueva, me parece que se equivocan.

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